Una de las claves para desarrollar una relación sólida con tus hijos es demostrarles que te importan.
Para los adolescentes, una manera poderosa de demostrar cuidado es mostrándote presente y atento a escuchar lo que tengan para contarte.
Cuando los adolescentes sienten que estás deseoso de escucharlos, se sienten respetados, aceptados y amados.
También se sentirán más inclinados a hablar contigo más seguido.
Por lo tanto, ¿cómo puedes transformarte en buen oyente para tu adolescente?
Aquí hay algunos consejos en cuanto a las mejores maneras de responder cuando tu adolescente quiere hablar.
Hazte el tiempo para escuchar.
Si estás ocupado con algo que no puede esperar, déjales saber que vendrás a verlos para hablar tan pronto como te sea posible y estés disponible.
Mi adolescente me dijo: “¿Podemos hablar en cuanto a este fin de semana?”
Lo primero que me cruzó la mente fue: “¿Ahora mismo? Tengo que terminar esto antes de que cierre la oficina.”
Lo que dije fue: “Sí, pero tengo que terminar algo importante ahora mismo. Hablemos más tarde, como en unas dos horas.”
Remueve todas las interrupciones.
Pon el celular a un lado, apaga la TV y concéntrate en tu hijo cuando te está hablando.
Mi adolescente me dijo: “Tengo un problema con mi clase de biología.”
Lo primero que me cruzó la mente fue: “¡¿Otra vez?!”
Lo que dije fue: “Permíteme apagar esto, así te puedo escuchar.”
¡Resiste la urgencia de interrumpir!
Puede ser difícil, pero no te anticipes a ofrecer tus opiniones o ideas hasta después de haberle permitido a tu adolescente terminar de hablar primero.
Mi adolescente me dijo: “No creo que vaya a poder ir a la práctica este fin de semana.”
Lo primero que me cruzó la mente fue: “¡No seas así! Ya te habías comprometido a ir.”
Lo que dije fue: “¿Por qué no? ¿Qué está pasando?”
No critiques o desestimes sus opiniones.
Sí, algunos problemas adolescentes no parecen tan importantes ante los ojos de un adulto. Recuerda que ellos son jóvenes, y las cosas que para ti son pequeñas pueden ser realmente importantes para ellos. Ser un buen oyente les permite ver que sus problemas son importantes para ti.
Mi adolescente me dijo: “No puedo ir al centro comercial porque Trina va a estar allí.”
Lo primero que me cruzó la mente fue: “¡¿A quién le importa lo que opine Trina?!”
Lo que dije fue: “Cuéntame un poco más qué es lo que te preocupa. ¿Qué está pasando?”
No exageres y les hagas sentir que lo que les pasa es una catástrofe.
Los adolescentes necesitan una presencia calmada y racional. Así que, escucha sus preocupaciones y hazles sentir que allí estás para ayudarles a resolver las cosas.
Mi adolescente me dijo: “Lauren y Marissa me hicieron sentir como un extraño en la clase de gimnasia.”
Lo primero que me cruzó la mente fue: “Lauren solía ser tu mejor amiga. ¡¿Por qué te está tratando tan terriblemente ahora?!”
Lo que dije fue: “Cuéntame un poco más qué es lo que está pasando.”
Hazles preguntas de seguimiento para que te sigan hablando.
Descubre más en cuanto a su proceso de pensamiento y sus sentimientos.