Atenuando el impacto del divorcio en los adolescentes

El sentimiento de culpa es una carga bastante pesada para un adulto, pero para un adolescente puede resultar demoledor y, más aún, cuando todos esperan que se muestren contentos y sigan como si nada con sus actividades con amigos, en la escuela y la nueva dualidad de ser hijos de padres divorciados.

Sé de lo que hablo por experiencia propia, porque pasé por un divorcio difícil hace casi quince años. Mirando hacia atrás, mi ex y yo no manejamos muy bien las cosas, y dejamos que nuestras emociones tuvieran mucha influencia en las interacciones con nuestros hijos. Esto fue aún peor durante el primer año, cuando tratamos sin éxito de separar por completo nuestra vida personal de las finanzas y responsabilidades como padres.

De todos modos, nuestros hijos probablemente la pasaron todavía peor, ya que ellos recién están aprendiendo cómo funcionan las relaciones. Los adolescentes ven a sus padres como modelo de una relación saludable. Nosotros hicimos lo mejor que pudimos, pero a veces fue una lección complicada.

Esto nos lleva a plantearnos la pregunta: ¿cómo podemos los padres atenuar el impacto del divorcio en nuestros adolescentes y mantenernos conectados con ellos durante ese momento extremadamente difícil para todos?

Ocuparse de sus sentimientos sobre el divorcio es importante a cualquier edad, y hay libros y apoyo disponible para ello. A veces, el simple hecho de estar disponibles para escuchar todo lo que piensan, la posible tristeza, el enojo y la confusión, puede ser suficiente, pero nuestros hijos también fueron a terapia en varias ocasiones.

En lo que se refiere a nuestro arreglo de vivienda, los abogados y consejeros especialistas en divorcio nos recomendaron varios calendarios habituales para familias con dos hogares, todos basados en la idea de que los niños vayan de una casa a la otra, dividiendo su mundo en dos

Lo que notamos rápidamente es que nuestros hijos odiaban cambiar de casa. Finalmente, terminamos adoptando un calendario que los hacía cambiar de casa de forma escalonada, en vez de en grupo.

Yo rotaba quedándome con un niño por un día extra en mi casa (a veces, para esto, los otros dos se iban con su mamá un día antes). Mi meta era pasar “tiempo a solas” para poder enfocarme de verdad en ese hijo. A la larga, eso me llevó a planear vacaciones anuales con uno solo de mis hijos, particularmente dado que sus niveles de madurez eran tan diferentes.

Frecuentemente, los padres divorciados terminan interactuando con sus hijos como un grupo, lo cual hace verdaderamente difícil llegar a conocer a cada uno como individuos únicos, especialmente en una edad tan crítica como la adolescencia.

A medida que crecen y empiezan a tener más compromisos relacionados con actividades escolares y su propia vida social, es más importante dar prioridad a esos momentos a solas, lo cual fue exactamente el beneficio de nuestro inusual calendario.

Algo que aprendí de libros, expertos y conversaciones con otros padres divorciados es que es crucial contar con apoyo y un escape saludable para aquellos momentos en que las emociones nos sobrepasan inesperadamente.

Es normal estar molesto, y quizás hasta enojado con tu ex. Pero debes buscar la ayuda de otro adulto, terapeuta, consejero espiritual o amigo para enfrentar esos desafíos, no la de tu hijo adolescente.

Mi proceso personal en este sentido incluyó unirme a dos programas de terapia grupal diferentes, uno enfocado en el proceso del divorcio y el otro en el manejo del enojo y la frustración que sentía en aquellos primeros años.

Mi meta era siempre dejar atrás las primeras emociones causadas por mi divorcio porque, honestamente, eran horribles. ¿Y cómo afectaron a mis hijos? Me siento afortunado porque ellos me dicen que no tienen muchos recuerdos de ese primer año después del divorcio. No fue lindo.

Oh, y un último consejo: Trata de tomarte las cosas con humor.

Es fácil caer en un estado mental donde se le da demasiada importancia a todo lo que sucede, pero que tu hijo adolescente te grite no siempre debería desatar la Tercera Guerra Mundial, especialmente teniendo en cuenta que ellos están lidiando con sus propias emociones.

La risa es una gran herramienta para desarmar situaciones tensas, buscar oportunidades para reír juntos puede ayudarlos a transitar este momento difícil.

Si nada más, les ayuda a reconocer que valoras su experiencia y priorizas más que la conformidad con tus reglas.

Más que nada, te deseamos buena suerte. Un divorcio es muy duro y estarás en una montaña rusa de emociones y experiencias, tanto con tu ex pareja como con tus hijos adolescentes.

Respira hondo, abróchate el cinturón, y enfócate en crear una experiencia lo más positiva posible para ellos, recordando a la vez permitirte estar triste y ocuparte de ti mismo también.