Mi hijo, Robbie, murió a causa de suicidio el 11 de octubre de 2018, y mi vida cambió para siempre.

Robbie tenía 15 años, era sophomore en la escuela secundaria. Era un excelente estudiante y sobresalía en sus clases pre-IB. Robbie competía en natación y jugaba al tenis. Acababa de terminar su segunda temporada en el mejor equipo juvenil de su escuela.

Robbie parecía estar muy feliz y era muy bueno haciendo reír a los demás con sus ocurrencias. Siempre estaba pendiente de los otros y anteponía las necesidades de los demás a las suyas.

Luego de que Robbie murió, nos enteramos de que otros adolescentes recurrían a él cuando necesitaban ayuda. 

Como mamá de Robbie, no sabía que él estaba teniendo problemas. Nunca le pregunté. Asumí que como desde afuera se veía feliz y exitoso, eso reflejaba sus sentimientos y emociones también. Estaba equivocada y ahora tengo el remordimiento más grande de mi vida. ¿Por qué no tuve una conversación con Robbie?

Me pregunto muchas veces qué haría diferente ahora si Robbie estuviera vivo. Ahora sé que el suicidio es una de las mayores causas de muerte entre los adolescentes en nuestro estado. Esta es mi respuesta para esa pregunta que me hago una y otra vez:

Le preguntaría a Robbie si la forma en que se muestra a los demás coincide con la forma en que se siente por dentro.

Le preguntaría en qué adulto confía. Estoy segura de que asumiría que sería yo, pero la verdad es que probablemente eso no sería verdad, y lo aceptaría

Le aseguraría a Robbie que está bien que yo no sea su adulto de confianza, pero le pediría que identificara a qué adulto recurriría si estuviera preocupado por él mismo o por un amigo.

Me gustaría que Robbie entendiera que tratar de ayudar solo a un amigo a su edad es simplemente demasiado. Hablaríamos acerca de recursos disponibles en nuestra zona, centros donde atienden sin necesidad de hacer una cita, números de ayuda 1-800, consejeros escolares, entrenadores… y la lista sigue.

Me gustaría que Robbie supiera que siempre lo amo y que sus sentimientos son bienvenidos.

Le diría que quizás yo no siempre tenga las respuestas en conversaciones difíciles y que siempre quiera arreglar las cosas debido a mi naturaleza humana.  Trabajaría para mejorar mi habilidad para escuchar, tratando de escuchar el doble de lo que hablo para que Robbie se sintiera escuchado.

A los niños les gusta que los escuchen. Hablaríamos de las señales de advertencia de enfermedad o crisis mental. Le contaría que la salud mental es igual que la salud física y que hay ayuda disponible para los que la necesiten, una conversación para eliminar los estigmas que rodean a la salud mental.

Yo ya no tengo la posibilidad de volver atrás y rehacer las cosas con mi hijo. Todos sabemos que así no es como funciona la vida.

Te recomiendo que tengas esta conversación con tu adolescente.

Hazle saber que está bien no estar bien y que siempre hay ESPERANZA, que si uno aguanta lo suficiente, el dolor pasa. Ellos quieren hablar de salud mental. Al principio puede resultar difícil, pero con el tiempo se vuelve más fácil, y tu relación con ese jóven se fortalecerá.

Con mucha ESPERANZA de parte de una mamá que extraña a su hijo, 

Kari

Si te gustaría obtener más información o necesitas ayuda relacionada con la salud mental de tu hijo, visita nuestra página de recursos. También, recuerda que puedes llamar en cualquier momento al Colorado Crisis Services al 1-844-493-TALK

Kari Eckert

Kari Eckert es la directora ejecutiva de la Fundación Robbie's Hope, con sede en Colorado, que está trabajando para reducir la tasa de suicidio adolescente.

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