¿Alguna vez te has preguntado por el mundo en que vive la gente joven?De seguro no es el mismo donde nosotros nos criamos.
No tienen que pedir un momento para usar el teléfono de línea de la casa para llamar a su mejor amigo.
No tienen que apurarse por llegar a casa para ver su programa favorito de televisión en un horario específico en un canal.
Tus hijos adolescentes viven en un mundo de conexión electrónica ilimitada, que va desde teléfonos inteligentes a juegos en cadena y hasta clases en sus computadoras personales por medio de Netflix y Zoom.
A veces, es fácil olvidar que vivimos en un mundo completamente diferente.
Pero no lo hagas. Solamente necesitas ubicar una forma de conectarte con ellos — que puede ser demostrando interés en el espacio altamente tecnológico en que vivimos.
De hecho, puede que la gente joven no lo diga, pero significa mucho para ellos cuando los visitas en su ámbito digital.
El precio de admisión es no juzgar y no criticar, sino ser un visitante respetuoso de su universo, ya sea su Planet Fortnite, su Animal Crossing island o el flujo infinito de videos cortos de TikTok.
Lo sé, porque yo vivo exactamente la misma situación en mi casa.
Tengo tres hijos, de 23, 20 y 16 años, y si bien de vez en cuando se juntan conmigo en “El territorio de los padres”, la mayoría de las veces están consumidos por sus propios intereses. Y está bien que así sea.
Encuéntralos donde viven
La idea de conectarte cuando te sientes como un “extraño” implica algo que es bastante sencillo: Pasar tiempo con tus hijos en su mundo, en lugar de forzarlos a tratar venir al tuyo.
Mi hija más grande, por ejemplo, ama el juego de Nintendo Switch “Animal Crossing”, y le consume varias horas de su rutina semanal. Sí, va a la universidad y le va muy bien, pero siempre se hace el tiempo para este juego de construcción del mundo.
En lugar de juzgarlo como “una pérdida de tiempo”, he aprendido a pedirle que me de visitas guiadas de su isla virtual para poder felicitarla por sus logros en el juego. Incluso lo conecta a nuestra pantalla gigante de TV y nos muestra sus mejoras más recientes, muy orgullosa de lo que ha creado.
Esta es una forma de nutrir nuestra relación. No se trata del juego. Es una relación presente también para las situaciones reales y para otros desafíos que se presenten en su vida. Se trata del tiempo que pasamos juntos mientras me muestra que es lo está haciendo.
Lo mismo sucede con mi hijo, a él le encanta un juego de computadora llamado “Rocket League”. Honestamente, a mí el juego se me hace un poco tonto, pero él lo disfruta y eso es suficiente. Él es feliz mostrándome sus autos y sus movimientos más actuales en una “contienda” digital.
En cuanto a mi hija de 16 años, quien acaba de terminar la escuela secundaria en línea, a ella le encanta “Fortnite”. A ella le fascina este juego porque es en primera persona. Así que lo hago lo mejor que puedo por hacerle preguntas y demostrarle mi interés por su pasatiempo, nutriendo nuestra relación en dicho proceso.
Redefiniendo el tiempo de calidad
A menudo escuchamos de la importancia de tener “tiempo de calidad” con tus hijos, como cuando todos se juntan a comer, hacen un proyecto o incluso trabajo voluntario juntos.
Sin embargo, ¿qué pasaría si tus hijos no están interesados en esas cosas?
Yo pienso que está bien.
Yo no creo que el tiempo de calidad tenga que ser una lucha por el poder, donde los padres fuerzan a los hijos a hacer lo que ellos crean que es más sano para la relación.
Creo que puedes abordarlo de manera diferente.
Puedes encontrar oportunidades que te ayuden a reconocer que nuestros hijos crecientes son gente independiente. Puedes aprender a apreciar sus obsesiones y pasiones. Puedes hacerles preguntas para aprender su idioma digital. Puedes pasar tiempo de calidad bajo sus condiciones.
El precio de admisión últimamente lo vale.
Tu disposición para encontrarte con tus adolescentes donde ellos estén es una inversión a la buena salud y el crecimiento de tu relación con ellos.
Quién sabe — a lo mejor, a la larga hasta aprendes algo sobre estos juegos maravillosos y estos canales de plataformas sociales tan cómicos.
