Todos estamos demasiado ocupados y parecemos estancarnos en las cosas cotidianas, sin embargo, crearse el tiempo para comparar que todo esté bien con nuestros hijos adolescentes es importante para dejarles saber que nos importan. También ayuda a conocerlos mejor.
Aquí hay algunos consejos para empezar.
Trabaja con el tiempo que tengas.
Puede que tus hijos no recuerden lo que dijiste cada vez que les hiciste de cenar o los llevaste a una práctica de basquetbol — pero sí recordarán que lo hiciste. Todas esas horas en el auto o en casa son un buen momento para hablar. Pídeles que pongan una canción que les guste, y pregúntales que está pasando en sus vidas. Muestra interés en sus intereses— ya sea fútbol o videojuegos o música — y pídeles que te presuman su conocimiento y habilidades. Podrás darte cuenta que hablar con tu adolescente durante las rutinas familiares — de las cosas que les importan a ellos — te ayudará a desarrollar una mejor relación con ellos.
Comparte el respeto.
Cuando tu hijo adolescente te comente sobre algún tema con el que no estás de acuerdo, intenta no reaccionar inmediatamente respondiendo con lo que tú piensas al respecto. De la misma manera en que tú necesitas desahogarte con un compañero de trabajo o un amigo, los adolescentes también necesitan a veces alguien que los escuche — sin juzgarlos. Esto no quiere decir que te olvides de las reglas y que tires todo por la ventana. Si lo que te están comentando no cumple con tus expectativas, está bien que se los dejes saber. Sin embargo, trata de escuchar primero y muéstrales respeto por sus ideas, aunque sean diferentes a las tuyas. Pregúntales que piensan de la situación y resiste la urgencia de hablar de tus sentimientos.
Ofréceles apoyo, sin tomar el control total.
Cuando tu hijo tiene un problema, generalmente querrás resolverlo. Es importante recordar, sin embargo, que cuando un adolescente te cuenta algo relacionado a sus problemas más recientes, no necesariamente quiere decir que quiera que se los resuelvas. Escucha lo que piensa de la situación y pregúntale cuales cree que serían las posibles soluciones. Déjale saber que, si necesita más ayuda, tú estarás disponible para abogar por él.
No te olvides de hablar de “las cosas buenas.”
A veces, nos enfrascamos en hablar de nuestras vidas en tiempo presente. Es importante hacerse tiempo para hablar con tu hijo adolescente de sus planes y sueños a futuro, si es que tienen ganas de compartirlos. ¿A dónde les gustaría viajar? ¿Hay algún trabajo o carrera en los que estén interesados en aprender un poco más al respecto? ¿Hay algo nuevo que quieren intentar? Tomarte un poco de tiempo de tu día a día para hablar con tu hijo de lo que quieren para su futuro te puede ayudar a aprender más de su presente y de lo que quieren llegar a ser el día de mañana.
Quita la presión.
Si sientes que no quieren hablarte ahora, déjales saber que mañana también estarás disponible — y al día siguiente también. Recuerda: Necesitan su espacio, así como nosotros lo necesitamos. A veces es tan simple como sentarnos en la misma habitación, a mirar una película juntos. Nunca sabes qué tipo de conversación podría iniciarse en esos momentos de tranquilidad.